Locura y Feminismo

 ReseƱa/ anĆ”lisis de “El empapelado amarillo de Charlotte Perkins Gilman


Charlotte Perkins Gilman y su “empapelado amarrillo” fueron un gran descubrimiento para mĆ­. Es un cuento corto, de fĆ”cil lectura, pero atrapante y penetrante (sĆ­, como el empapelado). El cuento fue publicado en 1892 por The New England Magazine, sin embargo, no causĆ³ una gran revoluciĆ³n en ese entonces. Fue reciĆ©n alrededor del 1970 cuando la crĆ­tica feminista recupero el relato y comenzaron los anĆ”lisis de este.


Me gustarĆ­a comentar algunos datos de la escritora que considero pertinentes para comprender, al menos, “El empapelado amarrillo”. Charlotte Perkins Gilman sufriĆ³ de depresiĆ³n post parto luego del nacimiento de su hija en 1885. Por esta razĆ³n, y por prescripciĆ³n mĆ©dica, se le ordenĆ³ recluirse en su casa prohibiĆ©ndole todas las actividades creativas e intelectuales, dejĆ”ndola Ćŗnicamente realizar tareas domĆ©sticas y propias “de una dama”. Al igual que Charlotte, la narradora-protagonista de “El empapelado amarillo” nos hace saber desde un principio que es una mujer creativa, dice al describir la casa en la que se la recluye: “dirĆ­a una casa con fantasmas, alcanzando el climax de la felicidad romĆ”ntica - ¡Pero eso serĆ­a pedirle demasiado al destino!” (Perkins Gilman,1992: 84), pero tambiĆ©n que padece depresiĆ³n post parto y que su marido medico es quien estĆ” a cargo de su tratamiento, el cual consiste en puras prohibiciones. Es por eso que encontramos rasgos biogrĆ”ficos de la autora en su obra. Hay una gran vinculaciĆ³n y los crĆ­ticos sostienen que Charlotte se baso en su propia historia para lo que querĆ­a contar.


Podemos afirmar que el relato pertenece al gĆ©nero “gĆ³tico femenino”, un gĆ©nero en el cual se construye un universo ficcional en el que se decide representar una realidad que va mĆ”s allĆ” de lo que era socialmente aceptable para una mujer en esa Ć©poca. Es un genero que representa los temores y las fantasĆ­as de las mujeres en ese entonces. La crĆ­tica Ellen Moers seƱala que este gĆ©nero explora especĆ­ficamente la relaciĆ³n entre la autora y su texto, la creatividad de las mujeres a la hora de escribir, algo que a su vez tambiĆ©n estĆ” presente en el cuento. Perkins Gilman narra cĆ³mo una mujer se obsesiona con el empapelado amarrillo de una habitaciĆ³n y se obsesiona de tal manera que estĆ” convencida de que algo extraƱo, hasta fantĆ”stico, sucede con ese papel. La narradora pareciera buscar una aventura, parece querer ir mĆ”s allĆ” de su realidad de “mujer que debe encargarse de las tareas del hogar”, quiere y desea escribir. Busca una realidad no concebible para una mujer en aquellos tiempos. A su vez, sin spoilear, el final abierto, que cada cual puede interpretar de diferentes formas, presenta rasgos fantĆ”sticos y claramente sobrenaturales. Sin dudas estamos frente a un relato “gĆ³tico femenino”.

Ɖl es muy atento y cariƱoso, y apenas deja que me mueva sin decirme que hacer (Perkins Gilman, 1992: 84)

 A veces pienso que, si me sintiera mejor lo suficientemente bien como para escribir, ello me aliviarĆ­a un poco la presiĆ³n de las ideas y me permitirĆ­a descansar (Perkins Gilman, 1992: 85).


En mi opiniĆ³n, el hecho de que se la mantenga encerrada en una habitaciĆ³n con garrotes, de
que se la obligue a un descanso que ella no cree necesitar y de que no se le permitan actividades creativas y de distenciĆ³n, va a ser la causa de su locura, que estĆ” fuertemente ligada a su obsesiĆ³n con el empapelado. Pese a que se la obliga a dejar de escribir ella continua, y es por eso que el cuento tiene la estructura de un diario intimo y que uno puede observar la evoluciĆ³n de su locura a la par de la escritura. Es lĆ³gico que si a uno constantemente se lo estĆ” desvalorizando cuando cuenta cĆ³mo se siente uno se vuelva aĆŗn mĆ”s loco.


Hay dos cosas que funcionan mal en el cuento y que nos permiten analizarlas. Por un lado, el relato nos hace tomar dimensiĆ³n de la depresiĆ³n y de los mĆ©todos poco adecuados que se utilizaban en ese entonces. Se puede entender que Charlotte estĆ” realizando una critica a los mismos mĆ©todos que un mĆ©dico utilizĆ³ para con ella. Por otro lado, no es Ćŗnicamente el Ć”mbito social el que funciona mal, sino tambiĆ©n el privado. El relato nos muestra la realidad domĆ©stica de aquella Ć©poca. El marido es quien manda y toma decisiones, la mujer es quien obedece y se ocupa del hogar. Nuevamente aquĆ­ hay presente una posiciĆ³n feminista.


El empapelado, por su parte, simboliza el lugar donde muchas otras mujeres estĆ”n encerradas e intentan escaparse. La narradora afirma: “A veces pienso que hay muchas mujeres detrĆ”s, y a veces solo una, y ella se arrastra rĆ”pidamente, y al arrastrarse lo agita.” (Perkins Gilman, 1992:89). SegĆŗn PiƱeriro Gil, el relato “ es el paradigma de cĆ³mo la creatividad de las mujeres ha sido y es objeto de silenciamiento y de cĆ³mo en muchos casos la Ćŗnica vivencia posible de la mujer creadora era la invisibilidad social y la locura”.


Bien, hasta acĆ” todo lo que puedo decir sin spoiler. Te recomiendo realmente que lo leas porque se demoran realmente pocos minutos y es un texto que te moviliza y deja pensando. Como estoy tentada de mencionar algo respecto del final del cuento, lo voy a dejar debajo y queda a consciencia de cada uno el leerlo o no.


¡Gracias por llegar hasta acĆ”! Me gustarĆ­a que me cuentes si ya leĆ­ste el cuento, quĆ© te pareciĆ³, si leĆ­ste otro texto de la misma autora y demĆ”s. ¡Debatamos!


Final:

Al final del relato, cuando la locura avanzĆ³, lo Ćŗnico posible es que la narradora se convierta en un monstruo. Algo totalmente fascinante. Como afirman Gilbert y Gubar: “Es debilitador ser una mujer en una sociedad donde se advierte a las mujeres que, si no se comportan como Ć”ngeles, deben ser monstruos”  (1998: 67). Para Virginia Wolf una mujer Ć”ngel es aquella que “se destacaba en las difĆ­ciles artes de la vida familiar. Se sacrificaba a diario. (…) Estaba constituida para no tener una opiniĆ³n o un deseo propio, sino que preferĆ­a simpatizar siempre con las opiniones o deseos de otros” (1931: 2-3). Por esta razĆ³n la protagonista, que no puede cuidar a su propio hijo y hacerse cargo del hogar, que quiere escribir y disfruta de las actividades creativas, no logra cumplir el rol que la sociedad espera que ella cumpla, y de esta manera, se transforma en monstruo. ¿CĆ³mo se transforma? Ella se encierra en la habitaciĆ³n esperando a su esposo, no quiere salir ni deja a nadie entrar, toma una soga, se pone tan furiosa que muerde la cama y hasta piensa en suicidarse. Ella afirma estar viendo varias mujeres deslizĆ”ndose y dice: “me pregunto si todas salieron de ese empapelado como yo” (Perkins Gilman, 1992: 91). Esta frase se puede analizar de forma feminista. Las mujeres del empapelado y ella son la misma, se mimetizan, todas mujeres carentes de libertad. Ella es una mĆ”s de las tantas mujeres que sufren opresiĆ³n. El relato termina con la protagonista escapando finalmente: “¡Por fin me escapĆ©”, dije, “a pesar de ti y de Jennie! ¡Y he arrancado la mayor parte del papel para que no me puedan llevar de nuevo!” (Perkins Gilman, 1992: 91). Al ver el monstruo en el que se convirtiĆ³ su esposa John se desmaya y es asĆ­ como ella, en mi opiniĆ³n, logra escapar. Se termina el relato con la transformaciĆ³n de la protagonista porque ya no hay lenguaje.

 



BibliografĆ­a:

Relato:

   Perkins Gilman, Charlotte. “El empapelado amarillo”. Trad. David William Forster. Plural. N° 252, septiembre de 1992, pp. 84-91.

Textos crĆ­ticos:

  Gilbert, Sandra y Gubar, Susan. “El contagio en la frase: la mujer escritora y la ansiedad por la autorĆ­a”. En La loca del desvĆ”n. La escritora y la imaginaciĆ³n literaria del siglo XIX. TraducciĆ³n de Carmen MartĆ­nez Gimeno. Madrid: CĆ”tedra, 1998; pp. 59-104.

  PiƱero Gil, Eulalia. “Pesadillas con cuerpo de mujer en la literatura norteamericana”. HerejĆ­a y belleza: Revista de estudios culturales sobre el movimiento gĆ³tico, NĀŗ. 1, 2013 (Ejemplar dedicado a: I Congreso sobre Arte, Literatura y Cultura GĆ³tica Urbana), pp. 73-90.

  Woolf, Virginia. “Profesiones para Mujeres”. Ɓngel del hogar. Trad. Por Manuel Kalmanovitz. 1931: pp. 1-6.

(https://issuu.com/schooloffeminism/docs/virginia_woolf__profesiones_para_mujeres._angel_d)


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